martes, 6 de mayo de 2014

respuesta al CEIP por Circular Nº 20


MEMORANDO N° 14.14 

DE: Mesa Permanente de ATD

PARA: CEIP

ASUNTO:  Circular Nº 20
                  
FECHA:   30 de abril de 2014


La Mesa Permanente de ATD de Primaria en el marco de sus facultades previstas en el Art. 17 del Reglamento que regula su funcionamiento, en tanto deben “cumplir las tareas específicas que le cometiere a la asamblea, oficiando de interlocutor con el CODICEN o el respectivo desconcentrado”, atendiendo a lo dispuesto (Art.1 y 3) como “órganos deliberantes con facultades de iniciativa y funciones consultivas en los problemas técnico-pedagógicos de la rama respectiva y en tema de educación general”. “Las Asambleas de Docentes podrán:
-3.1. Emitir opinión en todas aquellas cuestiones de índole técnico-pedagógico o en temas de educación que el Consejo Directivo Central o cada Consejo desconcentrado les sometan a consulta.
-3.2. Ejercer iniciativa como órganos de asesoramiento en los problemas técnico-pedagógicos de la rama respectiva y en temas de educación general.
-3.3. Pedir a los Consejos respectivos los datos e informes que estimen necesarios para el cumplimiento de sus cometidos.”
Atento a lo expuesto anteriormente y frente a la lectura reflexiva y comprometida de la Circular N°20 de ese Consejo de fecha 27 de marzo de 2014, en el marco de los valores y principios que sustentan la Ley de Educación N°18437, que invisten de carácter normativo los documentos emanados de Inspección Técnica, expresa:
·         se advierte un desconocimiento y subestimación de la profesionalidad de los maestros, no valorando la práctica profesional de los docentes en el marco de su autonomía técnica y en el respeto por la libertad de cátedra.
·         la contraposición a lo expresado y vastamente desarrollado en el marco conceptual que orienta el Programa Escolar.
·         las orientaciones divergentes con los documentos y bibliografía aportados en los recientes cursos de Inspectores desarrollados en el IPES para más de setecientos inspectores y directores que conforman el escalafón jerárquico del desconcentrado.
·         el marco conceptual que sostiene el mencionado documento hace referencia a los aportes de la filósofa española Adela Cortina, cuya principal trayectoria académica está vinculada al campo empresarial, especialmente a la responsabilidad social que debe enmarcar la actividad comercial y de mercado de los empresarios de las grandes corporaciones.  
A partir de los conceptos desarrollados en la circular mencionada respecto al rol de inspector, se advierte con preocupación que las orientaciones teóricas que se reflejan en dicha circular pertenecen a corrientes de pensamiento, especialmente de la línea tecnicista, que contradicen los conceptos de Hombre, Ciudadano y Educación que emanan del marco filosófico y antropológico de la Ley N°18437 y el Programa Escolar.
La centralidad brindada al concepto del “control” en la Circ. N°20, no refleja el espíritu de cultura colaborativa, de horizontalidad en el análisis de las situaciones para la toma de decisiones, y de trabajo en equipo que debe orientar la supervisión en el Sistema Educativo. Se podría decir que se trata de la imposición en cascada del poder.
La ATD ha producido vastos documentos que abordan la necesidad de construir un cambio en el vínculo entre la Escuela y el Sistema que enmarca su accionar, desde el respeto en forma situada a las características de los centros y la identidad de los colectivos. En esta línea fue desarrollado el tema de la supervisión colaborativa por parte de quienes tuvieron a su cargo el desarrollo de los módulos de supervisión del reciente curso de Inspectores realizado durante el año 2013-2014 en el IPES. En este mismo sentido se han desarrollado las ponencias de autores actuales, provenientes de la corriente de la Pedagogía Crítica, que inspiran y dan sentido al ideal de Hombre, Ciudadano y Educación que se pretende desarrollar de cara al desafiante e incierto Siglo XXI.
Cualquiera sea el rol que el docente desempeñe: maestro de aula, director o inspector, se hace acuerdo con Bernard Charlot (2012) en cuanto plantea que “se hace imprescindible un docente que aliente, con entusiasmo de vida, placer de enseñar, disfrute de la infancia, pasión por el saber, que contagie el entorno. Un docente que habilite un diálogo auténtico, crítico con licencia para ser criticado sin sentirse agraviado en su oficio.”
Silvina Gvirtz (2009) plantea que ser supervisor “supone en transformarse en un aliado estratégico de la conducción, aliado equidistante del mero control persecutorio y también de la complicidad de que todo está bien.”
Blejmar expresa: “el supervisor debe ser un facilitador organizacional, lo que implica que puede situarse detrás del directivo, para sostenerlo, estimularlo y contenerlo; al costado para acompañarlo; tal vez arriba, cuando tenga que orientarlo o incluso observarlo; pero nunca delante. Un buen supervisor es aquel al que se lo reconoce por sus efectos en la tarea y el proyecto, no por ocupar el escenario.”
El espacio de supervisión es importante que se diseñe como un lugar de articulación entre la teoría pedagógica y la práctica educativa en territorio, entre hacer y pensar teniendo en cuenta que pensar es hacer, siempre planteado en un trabajo colaborativo, horizontal y de reconocimiento y respeto por la profesionalidad mutua entre los diferentes autores del “hacer escuela”. Desde los colectivos docentes de las escuelas reunidos en ATD se solicita un cambio en el rol que el Inspector desempeña. Se considera que éste debe ser mediador de procesos, articulador entre el Sistema y la Escuela, colaborativo y generoso desde su saber pedagógico para empáticamente sostener y acompañar la tarea de los docentes, niños y comunidad que habitan las escuelas, organizaciones complejas ganadas por la incertidumbre que la sociedad actual atraviesa.
Se comparte lo planteado por UNICEF en “Autoevaluación de la calidad educativa en escuelas primarias”, edición 2011, pág 26 : “El rol de los supervisores y las supervisoras será de acompañamiento y apoyo y no de control o sanción ...”
Simplificar la tarea, priorizando en la acción del inspector el control,   deshumaniza la función en tiempos en los que se hace imprescindible una escuela que humanice, enseñe y viva en valores de convivencia, justicia, respeto por todos los autores y actores del hecho educativo. Además impide, obstaculiza y pone trabas a la reflexión entre los docentes de cada escuela sobre la enseñanza y el aprendizaje para convertirse en profesionales tomadores de decisiones y no meros ejecutores de lo pensado y planificado por otros(s).
La ATD entiende que existe un corpus de conocimiento pedagógico, con aportes de las diversas disciplinas que contribuyen al análisis de las variables que inciden en el hecho pedagógico que enmarca de forma  situada la gestión de las Instituciones Escolares.
Consideramos que el contenido de la Circular Nº 20 confunde, al decir de Graciela Frigerio (1998), calidad educativa y calidad de vida: “suponer que se puede construir calidad educativa independientemente de la calidad de vida es una ingenuidad comparable a la de suponer que se puede construir calidad para todos, en épocas del darwinismo social. La calidad educativa requiere la solidaridad de las políticas sociales y la solidaridad interinstitucional. Ambas son contradictorias con las leyes del mercado, el individualismo y el sectorialismo”.
Sostener que curriculum crítico y políticas educativas neoliberales pueden ir juntas, no hace más que demostrar que estas últimas han sido elaboradas desde un escritorio lejos de los contextos educativos y de las opiniones docentes. Implica, sin lugar a dudas, un retroceso ideológico en épocas de progresismo político.
Esto contribuye a generar más malestar docente y a alejar cada vez más a los maestros de las escuelas y a los estudiantes de magisterio de las aulas.
La ATD apuesta, en el marco de sus resoluciones, a la construcción de una Escuela Pública comprometida en su hacer, respetuosa de los Derechos Humanos, la Libertad y la Justicia, transformadora de la sociedad, emancipadora, que valore el desarrollo de cada una de las personas en su dimensión individual y colectiva. Para ello, todos los docentes que desempeñan tareas deben hacer acuerdo en los ideales democráticos, que sostienen los principales documentos que orientan la gestión del Sistema, eludiendo los diagnósticos fáciles, provenientes de quienes analizan la economía de mercado, y reducen la práctica pedagógica a un simple ejercicio de control, sumas y resultados.

Por Mesa Permanente de ATD


Raquel Bruschera    Teresita Rey     Elena Zabala    Jorge Bertolino

Gabriela Arbeleche      Maider García     Cristina Figueredo







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